Opinión | La Semana que vivimos - Del 17 al 23 de julio de 2000 - Número 168 |
PERSPECTIVA Así pues, nos quedaban Rosa Díez y José Luis Rodríguez Zapatero. Díez venía de triunfar como consejera vasca de turismo, pero también de perder unas primarias contra Redondo Terreros y -aunque no fuera un enfrentamiento directo- unas europeas contra Loyola de Palacio. Se presentaba como la representante independiente y esa ha sido su perdición Apenas un 6 por ciento de los votos de los delegados le han demostrado que su lugar puede estar muy brillantemente más en Bruselas que en Ferraz. Rodríguez Zapatero ha desarrollado una discreta carrera al frente de Nueva Vía y presentó su candidatura sin hacer mucho ruido, pero ha ganado. Representa la savia nueva, la renovación (a pesar de su reconocimiento de la figura de Felipe González), la juventud e, incluso, un carisma que personalmente me recuerda al que proyectaba Borrell cuando derrotó a Almunia. Si el resto de familias socialistas le apoyan como han anunciado, Zapatero puede ser el líder que buscaban. De momento parte del optimismo según dijo en su discurso y parece dispuesto a que ocho millones de votantes no se sientan huérfanos e invisibles.
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