Mª Jesús Torres.- Miles de españoles salieron a la calle la pasada semana para expresar su rechazo a los últimos atentados de ETA y exigir a la banda terrorista que abandone las armas. Asociaciones, partidos políticos y ayuntamientos de distintos puntos de España convocaron manifestaciones, paros silenciosos y otros actos para expresar la repulsa social ante los últimos atentados de ETA.
El seguimiento por parte de los ciudadanos fue todo un éxito. El rechazo de la sociedad al terrorismo se tradujo en una manifestación en Málaga, ciudad en la que ETA asesinó al concejal Martín Carpena, que congregó a miles de personas. Los ciudadanos se concentraron ante el Ayuntamiento de Málaga, con la presencia de los presidentes del Partido Popular (PP) en el País Vasco y en Andalucía -Carlos Iturgaiz y Teófila Martínez-, y guardaron cinco minutos de silencio.
La manifestación malagueña transcurrió a ratos en silencio y a ratos con palmas. Se podían leer algunas pancartas de rencor pero la mayoría entonaba el mismo lema: "ETA, asesina". Las manos blancas y alzadas del espíritu de Ermua simbolizaron la protesta. En Ágreda, la localidad soriana donde el domingo ETA hizo estallar un coche-bomba ante el cuartel de la Guardia Civil, se reunieron unas 1.500 personas en un acto al que asistieron el ministro para las Administraciones Públicas, Jesús Posada, y el delegado del Gobierno en Castilla y León, Isaías García Monge.
Numerosas concentraciones reunieron a los ciudadanos vascos en distintas instituciones y entidades, convocadas por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para guardar cinco minutos de silencio. El lehendakari también convocó un paro silencioso de quince minutos. Madrid vivió el día 19 la protesta de miles de personas por los recientes atentados de ETA bajo el lema "Madrid por la paz y la libertad. Terrorismo no".
El manifiesto fue consensuado por partidos políticos y sindicatos, lo leyó el vicepresidente de la Federación Madrileña de Municipios, Luis Partida, quien reprochó al Partido Nacionalista Vasco (PNV) su ambigüedad. A continuación, Madrid guardó cinco minutos de silencio. A la concentración acudieron representantes de todas las fuerzas políticas y sindicales. El Gobierno estaba representado por el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, y el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Juan Carlos Aparicio.
[19-7-2000]