Nacional  La Semana que vivimos - Del 17 al 23 de julio de 2000 - Número 168  

Zapatero logra la Secretaría General
con nueve votos más que José Bono


Alberto Herrero.- A las cuatro de la tarde del sábado aún no había salido de la boca de Marcelino Iglesias, Presidente del Congreso del PSOE, ningún dato oficial del recuento de votos. Pero, a esa hora, todos los socialistas sabían ya que José Luis Rodríguez Zapatero era, aunque por escaso margen, su nuevo líder.

De esas urnas que comenzaron a recibir papeletas, a las dos de la tarde habían salido 414 votos para el líder de Nueva Vía, 405 para José Bono, y, ya a mucha distancia, 109 para Matilde Fernández y 65 para Rosa Díez. Aquellos datos, aún oficiosos, hicieron sonar muchos teléfonos móviles Así fue como, interrumpiendo la comida con algunos afines, conoció Rodríguez Zapatero que él había sido el elegido. Curiosamente, se lo transmitió el propio José Bono. Los móviles sirvieron para oír las primeras muestras de regocijo de los delegados partidarios de Zapatero; uno de ellos, satisfecho y con sensación de alivio, le decía a su interlocutor al otro lado del teléfono que había sido por pocos votos; "pero esto ya cambia", remató.
Y es que ahí está la consigna del diputado leonés, del nuevo líder socialista: el cambio tranquilo. De este cambio había venido hablando durante su campaña, la campaña que le sacó del anonimato y le ha convertido en la esperanza del socialismo. Y lo repitió cuando le llegó el turno de intervención en la sesión matutina del sábado: entonces prometió dar un "baño de modernidad" al partido y ejercer una oposición al Gobierno que resulte útil para la sociedad. El suyo fue un discurso optimista que arrancó más aplausos que los otros tres que le habían precedido. Porque, además, Zapatero fue el último en afrontar esa media hora de oratoria, como si el sorteo hubiera querido reservar el plato fuerte para el final.

DECLARACIONES

Los discursos de las dos candidatas fueron los más agrios, los más cargados de crítica. A ambas les resquemaba aún que, durante el primer día del Congreso, se hubiera aprobado la propuesta de la gestora de que la votación fuera a una sola vuelta. La eurodiputada y la aspirante guerrista entendían que los partidarios de Bono y de Zapatero se habían aliado para ir contra su fórmula de dos vueltas. Matilde Fernández, tras la proclamación del Secretario General, volvió a penar por una segunda vuelta pero, sobre todo, por la existencia del voto útil que provocó que algunos apoyos con los que ella contaba dieran su voto, finalmente, a José Luis Rodríguez Zapatero. El tema del método de elección había sido discutido hasta la extenuación durante las semanas previas a este 35º Congreso Federal. Por supuesto que, fuera cual fuera la fórmula que los delegados aprobasen, iba a seguir provocando discusiones.

LA EJECUTIVA

Y algo que aseguraba la vuelta única era que el ganador no obtendría más del 50 por ciento de los apoyos. Y así fue: Zapatero se quedó con un 41 por ciento y Bono, con un 40 por ciento. La diferencia, inferior a un punto, llevaba a la necesidad de formar una Ejecutiva integradora y con una representación del sector guerrista que le dio un apoyo decisivo.
La sorpresa fue que en la nueva Ejecutiva socialista aprobada en la mañana del domingo no figuraba nadie del sector guerrista. Se trataba de un equipo joven y de la confianza del nuevo líder. En esta votación los delegados sí que se unieron mayoritariamente para aprobar la naciente Ejecutiva con un 90 por ciento de votos a favor. Definitivamente, el Presidente del PSOE es Manuel Chaves. La figura de Felipe González empieza a desaparecer y comienza el cambio tranquilo.
[23-7-2000]


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Última actualización: Domingo, 23 de julio de 2000