Amalia Casado.- Un ramo de rosas blancas sobre el sillón que ocupó Martín Carpena en el Ayuntamiento de Málaga. La ovación de más de 2.000 personas que acompañaron el féretro de otra víctima de la violencia terrorista más agria de la historia de la democracia de España. Cientos de coronas de flores y pésames procedentes de todo el mundo.
Seis disparos resonando en los oídos de dos mujeres que presenciaron el asesinato de un hombre al que amaban resumen la crónica del último asesinato de ETA. Con sólo dos de ellos tuvo suficiente la banda terrorista para sembrar de sangre las calles de Málaga y de profundo dolor el corazón de quienes querían a José María Martín.
A las 21:40 del sábado, el concejal malagueño se disponía a tomar su coche oficial acompañado de su mujer y de su única hija. Momentos antes de ser disparado, José María aceleró el paso, quizá porque sintió algo extraño, dicen los expertos. Fue entonces cuando el asesino, un hombre vestido de oscuro y con la cabeza cubierta por una gorra, descargó las seis balas parabellum, las balas que siempre traen el nombre de ETA y el sello del tiro en la nuca. Sólo dos, según los primeros resultados de la autopsia, alcanzaron al concejal.
El asesino huyó. Algunos testigos aseguran que en un coche que le esperaba. Otros ofrecen la versión de que escapó saltando un seto y diluyéndose entre la gente. José María fue honrado con el aplauso de más de 2.000 personas que acompañaron su féretro desde la capilla ardiente hasta la catedral. Un funeral multitudinario, oficiado por el Obispo Antonio Dorado Soto, precedió al entierro íntimo.
Aunque todo son suposiciones, el Ministerio del Interior sospecha que el comando Andalucía se ha reestructurado tras su desarticulación el 21 de marzo de 1998, cuando su infraestructura en Sevilla segó la vida del matrimonio Becerril. Según los expertos, esta sospecha se funda en que la táctica del tiro en la nuca exige, frente a la del cohe bomba, más preparación y más sangre fría. Es una posibilidad que ETA haya enviado a "primeras filas" a Andalucía, aunque las hipótesis de trabajo no permiten asegurar que de forma estable. Incluso, se apunta que este crimen ha podido perpetrarse por los mismos asesinos que estallaron la bomba que, la madrugada del martes al miércoles pasado, estalló cerca de la plaza del Callao, en Madrid, con un balance de un herido grave y ocho heridos leves.
[16-7-2000]