Nacional  La Semana que vivimos - Del 29 de mayo al 4 de junio de 2000 - Número 161  

Jesús María Pedrosa, asesinado
por ETA con un tiro en la cabeza


Amalia Casado.- Los 57 años de Jesús María se desplomaron sobre las calles de Durango donde, decía, se sentía "protegido". No llevaba guardaespaldas en su localidad natal, aunque contaba con los servicios de un escolta que no pertenecía a la Guardia Civil ni al Cuerpo Nacional de Policía, según Enrique Villa, delegado del Gobierno en el País Vasco.

Jesús María Pedrosa era uno de los cuatro concejales del PP en el ayuntamiento de Durango y pertenecía al sindicato nacionalista ELA desde que trabajaba en una empresa del metal de la zona. Jesús María volvía de presenciar un partido de baloncesto y, cerca del número uno de la calle Fray Juan de Zumárraga, fue abatido por el tiro del asesino, que huyó y fue recogido por otro hombre que, según un testigo, familiar del fallecido, le esperaba en un coche que emprendió carrera por la calle Hermodo, perpendicular a Fray Juan de Zumárraga.
Durango, una localidad de 25.000 habitantes y algo menos de 11 kilómetros cuadrados, fue testigo hace ocho años del asesinato de un policía municipal. Su muerte se produjo precisamente en la misma calle que recogió el cadáver de Jesús María Pedrosa. "Jesús Mari", como lo llamó el lehendakari, Juan José Ibarrtexte, en su comparecencia ante los medios, es la quinta víctima mortal del terrorismo de ETA desde el fin de la tregua el día 3 de diciembre de 1999.

AMENAZAS CORTANTES

Era concejal del Partido Popular en Durango desde hacía 13 años. Su condición política le puso en el punto de mira de los asesinos y fue víctima de numerosos ataques. En abril de año pasado, grupos radicales se concentraron frente a su casa y la de los otros tres ediles del PP en Durango. Los violentos intentaron asaltar las viviendas y la policía necesitó de la ayuda de los bomberos para dispersarlos. Dos policías resultaron heridos. Más tremenda fue la amenaza que sufrieron los mismos ediles el 8 de octubre de 1999.
Jesús María y sus compañeros de partido vieron sus nombres, las fotos de dos de ellos, sus domicilios y números de teléfono en los habituales carteles y pasquines con que los violentos amenazan. Les responsabilizaban entonces "de la dispersión y de la tortura a los presos vascos" y advertían "si queréis guerra, la vais a tener". Ni siquiera en fechas como Navidad los violentos cesaron su política de terror y amenaza. Jesús María recibió un presente especial: una botella de agua vacía "de esas de plástico de litro y medio". Pedrosa explicó entonces ante los micrófonos de Radio Nacional de España que es una típica fórmula que los radicales emplean para acusarles de, como versaba la pegatina adherida a la botella : "Qué poca vergüenza, usted va a cenar tranquilamente y, sin embargo, los presos de ETA están en la cárcel".

UN AYUNTAMIENTO GOBERNADO POR EL PNV Y EH

El ayuntamiento de Durango, compuesto por 21 ediles, está gobernado por el PNV -nueve concejales- con el apoyo de los cinco electos de EH. El PP tiene cuatro concejales y tres el PSE. La alcaldesa de Durango, Pilar Ardanza (PNV) se personó en el lugar de los hechos tras conocer la noticia. También lo hicieron el lehendakari, Juan José Ibarretxe; el Delegado del Gobierno en el País Vasco, Enrique Villar; el presidente del PP del País Vasco, Carlos Iturgaiz; y el Diputado General de Vizcaya, Josu Bergara (PNV).
[4-6-2000]


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Última actualización: Domingo, 4 de junio de 2000