"Tengo 68 años y 46 he estado en la vida política, en la clandestinidad, legalidad, cárcel, Gobierno, Suresnes... Yo sí estuve en Suresnes". Esta vida tan ajetreada y llena de acontecimientos es la de Enrique Múgica Herzog, nacido en Guipúzcoa el 20 de febrero de 1932. Estudió Derecho, está casado y es padre de tres hijos.
Es muy probable que sus padres marcasen la trayectoria vital de este vasco. Su padre era un afiliado a la Izquierda socialista y a la UGT; su madre, una ciudadana polaca de origen judío. Sus raíces judías le hacen sentirse muy orgulloso. Precisamente, tuvo su primer contacto con Jose Mª Aznar cuando éste le ofreció presidir la comisión gubernamental del oro nazi. Cuenta que fue una experiencia magnífica.
Por sus ideas, Múgica ha estado en la cárcel en dos ocasiones. En su época de estudiante tuvo su primer contacto con la prisión, al participar en el desarrollo del Congreso Nacional de Estudiantes en 1956. Múgica contaba con 24 años. También formó parte de la cúpula del Partido Comunista, lo que le volvió a costar la cárcel cuando, en 1962, un consejo de guerra le condenó a seis años de prisión. Durante esta etapa comienzan las desavenencias ideológicas entre el Partido Comunista y el propio Enrique Múgica; esto le hará, finalmente, abandonar sus filas para afiliarse a las del PSOE.
Llega su etapa socialista, entabla relaciones con Felipe González y otros dirigentes del PSOE, participa en la refundación del partido -será en el famoso Suresnes-. Con Felipe González llegó a ministro de Justicia, aunque fue cesado poco después. A esto han querido achacar sus críticas a la cúpula dirigente del partido.
Pero, posiblemente, la lucha en la que más ha puesto de sí mismo Enrique Múgica ha sido la lucha contra el terrorismo. Un duro golpe le afianzó en esta batalla: el asesinato de su hermano, Fernando Múgica. En últimas declaraciones ha afirmado que para él "el terrorismo es nazismo, porque destroza y humilla".
A la pregunta de si le seduce la derecha, Múgica contesta que lo único que le seduce es la pasión por la libertad, por el sentido de la justicia y de la solidaridad. Ahora, tras 36 años de militancia en el PSOE, Enrique Múgica tendrá que abandonarlo. Su nuevo puesto como Defensor del Pueblo lo requiere así Pero él ha afirmado que su primera lealtad es con la democracia. Porque él no concibe que se pueda desempeñar una responsabilidad como la de Defensor del Pueblo "desde una posición partidaria o sesgada".