Raquel González.- Enrique Múgica ha sido el elegido para un puesto que nunca había ocupado un diputado de la oposición: el de Defensor del Pueblo. Aznar, tras consultar al propio Múgica y al presidente de la comisión política del Partido Socialista (PSOE), Manuel Chaves, dejaba en manos de los portavoces parlamentarios del Partido Popular y del PSOE, Luis de Grandes y Luis Martínez Noval, respectivamente, la ratificación de Múgica como Defensor del Pueblo.

La respuesta fue un "si" rotundo y ambos emplazaron la elección oficial a este jueves, cuando una Comisión Mixta de Congreso y Senado deberá votar la admisión de Múgica a su nuevo puesto. Con este nombramiento se inaugura un modo de audiencia previa inédita en España. Pero la respuesta a este nombramiento por parte de los demás partidos políticos no se ha hecho esperar. Así, Iñaki Anasagasti, portavoz del Partido Nacionalista Vasco, se ha mostrado reticente a votarle.
Del mismo modo, el Bloque Nacionalista Galego destacó la poca simpatía del socialista por el nacionalismo. Convergència y Unió opinó, en boca de Xavier Trías, que "hay personas más adecuadas" para el puesto. Izquierda Unida aceptó la candidatura pero Francisco Frutos se quejó de no haber sido consultado. Coalición Canaria (CC) ha sido el único grupo que ha mostrado su apoyo "incondicional" a Enrique Múgica.
La crítica más sorprendente ha sido la procedente del propio partido de Múgica. Ha sido hecha por Manuel Chaves, quien acusó al PP de utilizar este nombramiento "para dar una imagen centrista" a su Gobierno. Múgica, presente cuando Chaves hacía estas declaraciones, dijo que las declaraciones de Chaves eran "impecables" y que no había que entrar a valorarlas.
Cuando Múgica ocupe su nuevo puesto tendrá que abandonar su escaño y su militancia en el PSOE. El futuro Defensor del Pueblo ha declarado que será duro para él, pero que "el ser socialista no es tener un carné, es una convicción".
[18-5-2000]