José Luis Ajero.- Estaba llamado a ser uno de los jugadores dominantes de la Liga. Al final, no llegó a tanto, pero estuvo muy cerca. Salió de St. John's como segundo máximo anotador de esta universidad y como máximo ladrón de balones de su historia. Pasó por Indiana, Clippers, Detroit y Minnesota, equipo donde adquirió un peso importante para liderar el vestuario y a la hora de anotar, bien desde el banquillo, o bien en el quinteto, durante la lesión del escolta titular Szcerbiak.

Posiblemente, mucha gente sabe inconscientemente de quién hablamos. Su figura se aclara un poco más, si nos trasladamos al celuloide. Allí, en la película Eddie, en la que Whoopi Goldberg se convierte en entrenadora de los Knicks, Sealy, o Stacy Paton, encarna la figura de una estrella universitaria demasiado individualista.
Lo que parece seguro es que tanto en la escena como en el parqué, Malik será recordado como un líder aglutinador, de esos que, sin hacer puntos, ganan partidos. Encima, él sí los hacía. Su muerte acompaña a la de Bobby Phills, aún por olvidar, y empaña unas finales que se esperaban por lo menos apasionantes.
De hecho, mientras los Indiana Pacers aguardan a su rival, que saldrá de la batalla campal entre Miami y New York, O'Neal ya ha hecho de las suyas. El mastodóntico jugador de los Lakers ha dado la primera victoria a los suyos con unos números de impresión: 41 puntos, 11 rebotes, 7 asistencias y 5 tapones. Su único lunar estuvo en los tiros libres, nada más y nada menos que lanzó 24 en los últimos cinco minutos del partido para anotar 12. Aún así, los Blazers ni lo vieron: Sabonis obtuvo cero puntos y 1 rebote en 33 minutos.
[21-5-2000]