Sociedad  La Semana que vivimos - Del 1 al 7 de mayo de 2000 - Número 157  

Los delincuentes toxicómanos con voluntad
de rehabilitarse no serán encarcelados

Gloria Villoria Prieto.- Según la Ley preparada por los magistrados del Tribunal Supremo Martín Pallín, Martínez Arrieta y Jiménez Villarejo "el legislador del Código Penal de 1995 ha olvidado contemplar una respuesta específica para el autor de un hecho delictivo bajo la concurrencia de una grave adicción." En otras palabras, que se considera que los toxicómanos son, ante todo, enfermos.

La nueva Ley parte de que el lugar del toxicómano no es la cárcel, sino un centro de rehabilitación. El 50 por ciento de los presos de las cárceles españolas (unos 20.000 enfermos que guardan condena en las prisiones nacionales) lo son por delitos estrechamente relacionados con las drogas como daños contra la salud pública, tráfico de estufepacientes o robos y atracos para obtener el dinero con el que compran la droga que consumen. Por tanto, según la tesis del Supremo, si se les rehabilita, no volverán a delinquir, ya que lo hacían por causa de la droga.
Hasta ahora, sólo se podía trasladar al preso drogodependiente a un centro de desintoxicación si la condena no era superior a los tres años y si éste no era reincidente. A partir de la aplicación de esta Ley, el único requisito para que el preso pueda acogerse a ella será su voluntad de abandonar definitivamente las drogas, independientemente de la duración de su condena o de su posible reincidencia.
Martín Pallín aclara uno de los puntos oscuros de esta Ley al afirmar que, si el reo consigue desintoxicarse en un plazo de tiempo inferior al de su condena, "se suspende la aplicación de la medida de seguridad [queda en libertad] y el cumplimiento de la pena quedaría condicionado a que el acusado no cometiese ningún otro delito."
Sin embargo, las 79 cárceles españolas -si es que es el lugar donde se va a producir la rehabilitación de los drogadictos- no están preparadas para la desintoxicación, por lo que se plantea el problema de dónde ha de atenderse a estos presos. Sólo 13 de los centros penitenciarios españoles poseen un módulo en el que los presos pueden recibir la terapia. Además, otro problema que se les plantea a los drogodependientes presos es la falta de confianza en estas terapias. Por eso, en algunas cárceles como la de Soto del Real de Madrid la pequeña proporción de los drogadictos indecisos pasan por el módulo de motivación, para que se den cuenta que la adicción a las drogas tiene un final y que, además, puede venir de la mano de la libertad.
[7-5-2000]


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Última actualización: Domingo, 7 de mayo de 2000