Espectáculos  La Semana que vivimos - Del 1 al 7 de mayo de 2000 - Número 157  

Los sustitutos pusieron color en La Maestranza

Almudena Hernández.- La Feria de Abril suena a ese de sustitutos, sustos, sustancia y... Sevilla. Las bajas de Espartaco, que no se recuperó a tiempo de su lesión en Valencia, Barrera, que se malogró un brazo, y Morante, que guardará reposo después de triunfar y padecer en La Maestranza, se suplieron con toreros que necesitaban un sitio y que no defraudaron.

Las sustituciones de los tres espadas pusieron color sobre el lienzo de los carteles de la Feria y en los momentos en que el sol venció a la lluvia, surgió el arco iris de Finito de Córdoba, Dávila Miura y Pedrito de Portugal. Luego dicen que Sevilla tiene un color especial. Y es verdad.
La poesía siempre está presente en el toreo, aunque sólo se la ve cuando despierta. Finito de Córdoba se iluminó con la luz del poder valiente y amaneció el torero para el califato de Córdoba. Anteriormente, Eduardo Dávila Miura había presenciado la fea cornada que recibió el trianero Emilio Muñoz -una más que sumar en esta feria-, al que un toro de Núñez del Cuvillo le prendió en el ombligo. En la misma tarde, Dávila se gustó en los redondos, ligó, mató arriba y pintó con pan de oro su merecido triunfo en La Maestranza.
Resplandecieron los colores de Pedrito Portugal, que también pintó algo en Sevilla. Y con menos intensidad, cual tonos difuminados, participaron en la obra diestros de perspectiva como Bejarano, triunfador del anterior ciclo sevillano, Curro Vázquez, flamante inaugurador de la plaza de Vista Alegre y Manzanares, un clásico que no terminó de rematar. Mas la ese del silencio de un triunfo en Sevilla, no les sonó al ritmo de sevillanas, que también es con ese.
Más que poesía, un poema con sustancia se pronostica para este florido mayo en Las Ventas. Tras Sevilla, el color reviste algunos carteles arrinconados por la expectación que continúa levantando Julián López El Juli, a pesar que en la carabanchelera se contra oferten Joselito y José Tomás o en Las Ventas se aguarde con impaciencia a Abellán, De Mora o Ponce. Nombres hasta ahora ignorados como los de Finito, Dávila y Pedrito cotizan en alza en la Bolsa del toreo. Así, como obras de arte revalorizadas, la afición de Madrid espera que en próximos atardeceres los sustitutos no den muchos sustos y dejen libertad a esa poesía que permanece en el ser de su toreo, es decir, la sustancia. Que es lo que vale.
[7-5-2000]


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Última actualización: Domingo, 7 de mayo de 2000