Lola Ocaña.- La delegación española ha sido la más numerosa en este Congreso celebrado en Buenos Aires y una de las más activas tanto en las ponencias como en las aportaciones al documento final. En este documento se demanda mantener el precio fijo del libro, cumplir el Convenio de Florencia para garantizar la libre circulación de libros, así como se exhorta a la lucha y la condena de todo tipo de censura, haciendo hincapié en los países de Chile e Irán.
Uno de los puntos aprobados por unanimidad es el respeto a la diversidad cultural y a la libertad de edición. Por otro lado, ha quedado fuera del texto final la exigencia de privatizar la edición de los libros de texto, ya que en algunos países en desarrollo es aún monopolio del Estado. Lo que sí se aprobó es la nueva creación por parte de la UIE (Unión Internacional de Editores) de una comisión permanente para el entrenamiento de sus miembros.
Por lo que respecta a la propiedad intelectual, este Congreso ha apostado por la adscripción de los gobiernos a las pautas de la WIPO y la OMPTI, organismos internacionales de protección de derechos, así como la elaboración de reglamentos que puedan garantizar los derechos morales del autor y de métodos más eficaces para combatir el fraude. Con esto se pretende la creación de marcos legales que eviten a los piratas, tanto reprográficos como de Internet, acabar impunemente con la autoría y el copyright.
Lo que no tuvo cabida fue la propuesta española que pretendía que se actualizara y se ampliara el concepto de libro para , de este modo, introducir nuevos soportes como el libro electrónico. Lo que sí se reiteró fue el llamamiento a los políticos para que promuevan la lectura y acaben con la lacra del analfabetismo. Las propuestas, en este sentido, se han dirigido a campañas de formación y aprendizaje, y también a la apertura de las bibliotecas de instituto durante los fines de semana.
La clausura de este 26º Congreso de Editores, el pasado miércoles corrió a cargo de dos ex presidentes de Gobierno muy comprometidos con la libre circulación de las ideas: Belisario Betancur y Julio María Sanguinetti. El próximo Congreso se celebrará dentro de cuatro años en la ciudad alemana de Berlín.
[3-5-2000]