Ana Campillo.- Más de 130 personas viajaban en el avión siniestrado el miércoles de la semana pasada en Filipinas. Un Boeing 737-200 de la compañía aérea Air Filipinas despegó de madrugada en la capital, Manila, con destino a la localidad de Davao, y se estrelló poco antes de llegar, en la isla de Samal, al sur de Filipinas.

No hay ningún superviviente de este accidente.Las 131 personas que viajaban en el avión fallecieron en el momento de producirse el siniestro. El avión, que tenía previsto aterrizar en la isla de Mindanao, llegaba a su destino con retraso porque había muy poca visibilidad, sobrevoló el aeropuerto de la ciudad de Davao (donde debía aterrizar) haciendo extraños círculos hasta que se precipitó y chocó en las montañas de la isla vecina de Samal, a media hora del aeropuerto de destino. Algunos testigos han afirmado que se oyó una fuerte explosión antes de que el aparato cayera sobre Samal.
Todavía no se conocen las causas exactas que provocaron el accidente, pues los pilotos del boeing filipino accidentado no enviaron señales de que hubiera fallos técnicos ni pidieron ayuda. El responsable de la Oficina de Transporte Aéreo en Davao, Frederick Sanfelis, explicó que, según fuentes de la compañía aérea Air Filipinas, "antes del accidente ninguno de los pilotos envió señales sobre un posible fallo mecánico" y que "si bien el aparato era de 1978, en la inspección rutinaria realizada antes de despegar no se encontraron problemas".
[19-4-2000]