Internacional  La Semana que vivimos - Del 17 al 23 de abril de 2000 - Número 155  

Londres, primer destino occidental de Vladímir Putin

Txema García.- Las principales obsesiones del nuevo presidente ruso pasan por la consolidación del libre mercado en su país, la regeneración económica como parte indivisible de la política exterior rusa y el asentamiento de Rusia en el lugar que le "corresponde" en el ámbito internacional. Para ello, Vladímir Putin realizó durante la semana pasada su primera gira exterior incluso antes de asumir oficialmente su cargo, cosa que hará a principios de mayo.

Antes de su visita a Londres, Vladímir Putin hizo escalas en Minsk y Kiev, capitales de Bielorusia y Ucrania, respectivamente. Ambos países son antiguas repúblicas soviéticas que pese a las diferencias con Moscú comulgan con el nuevo concepto de política exterior rusa. Putin trató con el presidente bieloruso, Alexander Lukashenko, la adecuación de las normativas aduaneras y fiscales entre ambos países, después de que ambos rubricasen en diciembre del año pasado el llamado Estado Aliado.
No es casual que Valdímir Putin eligiese Londres como primera capital occidental para visitar. Ya antes de que saliese elegido el actual presidente en las pasadas elecciones del 26 de marzo, Putin recibió el apoyo del primer ministro británico, Tony Blair. Dicha visita aleja a Putin de la política de acercamiento a países eurocontinentales que mantuvo su predecesor en el cargo, Boris Yeltsin. Ambos mandatarios conversaron entorno a la delicada situación de la economía rusa, la cumbre del llamado G-8 (los siete países más industrializados del mundo más Rusia), la lucha contra el narcotráfico y el delito organizado, el desarrollo de las labores de paz en los Balcanes, y -cómo no- el ineludible tema de la Guerra de Chechenia. Precisamente este fue el punto que generó controversia en distintos sectores británicos. Varias organizaciones de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional, y diversos partidos de la oposición, deploraron el viaje del mandatario ruso y lo expresaron en actos de protesta. Sin embargo, Blair justificó el acercamiento alegando que el mejor modo de resolver el problema es reforzar los lazos con Rusia en vez de aislarla, aunque instó al presidente ruso a investigar las violaciones de los Derechos Humanos en Chechenia. Por su parte, Putin, lejos de eludir el tema, defendió su actuación en el conflicto. "No es una cuestión contra musulmanes y chechenos, sino una lucha contra todos los extremistas, que son una amenaza para el Cáucaso, Oriente Próximo y toda Europa", declaró Putin, que además anunció la creación de una comisión no gubernamental que investigará los posibles abusos cometidos en el conflicto checheno. El primer ministro británico se comprometió además a mediar entre EE.UU. y Rusia respecto al tratado antimisiles. Un tratado, el Start II, que reducirá el arsenal nuclear ruso a 3.000 cabezas, que fue ratificado por el Senado ruso la semana pasada. Putin sacó así adelante un obstáculo que se le resistió a su antecesor en la presidencia.
Por su parte, el presidente norteamericano, Bill Clinton, anunció que los próximos 4 y 5 de junio viajará a Moscú para entrevistarse con Putin.
[21-4-2000]


redaccion@lasemanaquevivimos.com
© AGD 2000 - La Semana que vivimos
Última actualización: Domingo, 23 de abril de 2000