Roberto Díez Yagüe.- Decenas de miles de españoles se unen de nuevo en un clamor contra ETA llenan, una vez más, las calles." El último atentado de la banda terrorista, que acabó con la vida del portavoz socialista en el Parlamento vasco, Fernando Buesa, y su escolta, Jorge Díez, ha desempolvado los gritos de "¡Basta ya!" o "Aquí estamos, nosotros no matamos".

Las movilizaciones populares tuvieron su máxima expresión en el entierro del político asesinado. Se calcula que unas 60.000 personas (uno de cada tres vitorianos) se concentraron en la catedral de Vitoria para dar un último adiós al ex –vicelehendakari. También aprovecharon para pedir a gritos al jefe del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, que rompa sus pactos con Euskal Herritarrok (EH) o que dimita de su cargo. Esta cuestión ha sido planteada también por todos los partidos políticos, que han exigido al Partido Nacionalista Vasco (PNV) que cancele de forma inmediata todos los compromisos que mantiene con EH.
Ibarretxe declaró el mismo día del atentado "roto a todos los efectos" el acuerdo parlamentario que el Gobierno de Vitoria mantenía con la formación abertzale. Sin embargo, varios dirigentes del Partido Socialista (PSOE) y el Partido Popular (PP) consideran insuficiente este anuncio si el PNV no abandona el Pacto de Lizarra.
A pesar de la unánime petición del resto de partidos, el portavoz de la ejecutiva del PNV, Joseba Egibar, considera que no es el momento de "romper puentes" con EH. Sin embargo, el dirigente abertzale Arnaldo Otegi criticó duramente al lehendakari por la ruptura del acuerdo parlamentario, aunque no quiso condenar el doble atentado. El sábado, otra manifestación mostró una quiebra entre los partidos, pues, cómo ya ha sucedido en otras ocasiones, no fueron capaces de acudir juntos tras una misma pancarta, sino que el PNV, EA e IU marcharon por un lado y el PP y el PSOE por otro. Todo por una cuestión de divergencias en el lema que se leía en las dos cabeceras.
[26-2-2000]