Txema García.- Los guerrilleros chechenos confían en que la historia se repita. Es la única esperanza que les queda después de haber abandonado la capital chechena, Grozni, tras tres meses de asedio. Esperan que, como en la guerra que sacudió esta región del Cáucaso entre 1994 y 1996, su salida de Grozni sea sólo el inicio de la reconquista de su país.
La bandera tricolor rusa ya ondea en el Palacio Presidencial Checheno. La guerra toma un nuevo rumbo. "Primero hay que completar la operación para limpiar Grozni de rebeldes, y después toda la operación pasará al desfiladero de Argún", las palabras del ministro ruso, Igor Serguéyev, anunciadas en puertas del pasado fin de semana, vinieron a confirmar el repliegue de los defensores chechenos de Grozni hacia las montañas del sur. La batalla por Gronzi se puede dar por concluida con la salida de más del 80 por ciento de los combatientes que defendían la ciudad. La salida de los insurgentes de la ciudad fue confirmada por Movladi Odugov, uno de los principales dirigentes chechenos. Odugov indicó que el repliegue checheno se produjo por "cuestiones tácticas".
El bando ruso se hartó de asegurar hasta la saciedad que el triple cerco al que estaba sometido la ciudad era prácticamente insalvable. Entonces, ¿por donde escaparon más de 2.000 personas entre combatientes y civiles? La explicación vendría dada por informaciones corroboradas desde ambos bandos. El general ruso Valeri Chamanov confirmó la semana pasada que los "terroristas" habrían pagado su salida de Grozni con la suma de 100.000 dólares (casi 17 millones de pesetas). Sin embargo, la palabra de los militares rusos sólo condujo a los chechenos a una trampa: un corredor minado. Conocido entre los federales como "el túnel de la muerte", era la vía mortal por donde tuvieron que escapar los chechenos.
La operación incluyó el furioso bombardeo durante tres días del pueblo de Alkhan-Kala, donde afluían los chechenos. Según fuentes rusas, cerca de 1.500 guerrilleros perdieron la vida en el repliegue. Por su parte, el propio señor de la guerra, Emil Basayev, herido en un píe por metralla, (aunque algunas fuentes indicaron en su momento la perdida de una pierna), sólo admite la perdida de 43 hombres. La situación de las fuerzas chechenas, 5.000 hombres al principio de la guerra enfrentados a más de 90.000 rusos, es paupérrima. Con su principal líder herido, y tres de sus comandantes muertos en los últimos días de asedio a Grozni, encaran un futuro que pasa por una guerra de guerrillas en el sur del país.
[6-2-2000]