Ultraderechistas y conservadores forman el nuevo gobierno de Austria
Silvia Carrasco.- Después de unos días de vértigo, el presidente austríaco, Thomas Klestil, ha aprobado la entrada del xenófobo Partido Liberal en el nuevo gobierno, que por primera vez en treinta años no presidirá un socialdemócrata. Este hecho sumerge al país en la crisis más grave en sus relaciones exteriores desde la II Guerra Mundial.
Klestil cedió finalmente a la aritmética electoral (la mayoría del FPÖ-ÖVP en el Parlamento) y encargó la formación de un Gabinete que va en contra de su convencimiento personal. Esta mayoría salió de los comicios del pasado octubre, cuando los extremistas del FPÖ se convirtieron en la segunda fuerza política y rompieron así con el tradicional sistema de dos grandes partidos: el socialdemócrata y el popular. Durante 13 años, estas dos formaciones han gobernado conjuntamente, pero esta vez Schüssel no ha sabido o no ha querido llegar a un acuerdo con sus socios habituales y ha preferido aliarse con los ultranacionalistas, gracias a quienes ha visto cumplido su sueño de ser canciller.
Los analistas de este fenómeno coinciden en que no se puede calificar al líder del FPÖ, Joerg Haider, de simple neonazi y fascista, sino que es una mezcla de conservador, neoliberal (en aspectos económicos), xenófobo, racista y antieuropeísta. Conociendo su talante, Klestil les hizo firmar a él y a Schüssel un documento muy claro sobre los Derechos Humanos y la responsabilidad que tuvo Austria en los horrores del nazismo. Como castigo por haber aceptado un gobierno en el que un partido ultraderechista ocupa una posición relevante, los 14 países de la Unión Europea han comenzado a aplicar las sanciones ya anunciadas contra Austria, como la congelación de las relaciones bilaterales políticas y el no respaldar a los candidatos austríacos a los organismos internacionales.
EE.UU. se ha sumado a la presión diplomática de la UE sobre Viena con la retirada para consultas de su embajadora en esa capital. Haider ha instado a sus conciudadanos a que no se inquieten por el actual ambiente adverso a su nación en el extranjero, y ha calificado de "no relevantes" las amenazas de los demás países de la UE. El Partido Popular Europeo estudia este jueves en Bruselas la expulsión de los populares austríacos de su foro internacional por haberse unido a los liberales.
[4-2-2000]
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