Espectáculos  La Semana que vivimos - Del 3 al 9 de enero de 2000 - Número 140  

Lamentable homenaje a Kraus en el Teatro Real

Luis Suárez Rueda.- Todo estaba preparado desde hacía mucho tiempo para que la noche del pasado viernes fuera mágica. Sin embargo, la notable ausencia de Luciano Pavarotti, que anunció su negativa a actuar allí horas antes de que se abrieran las puertas, puso un broche de disconformidad a lo que debería haber sido el homenaje a Kraus en el primer aniversario de su última actuación en el Real.

La noticia conmovió el Teatro Real de Madrid. Minutos antes de comenzar la gala, el gerente del Teatro, Juan Crambreleng, presionado por el director de comunicación del Real, Tomás Martín de Vidales, y por el público, enfadado ante tan decepcionante aviso, subió al escenario para intentar dar explicaciones minutos antes del comienzo del espectáculo. Cambreleng alegó problemas de salud en el cantante italiano, lo cual era motivo suficiente para su inesperada ausencia, por lo que dijo a los allí presentes: "ustedes no tienen razón".
El gerente invitó a los asistentes a la sala a que acudieran para recibir el importe que habían pagado por sus localidades esa noche, todas vendidas, que oscilaba entre 1.500 y 15.000 pesetas. El cartel que presentó el homenaje al cantante canario sufrió otras dos importantes modificaciones también desconocidas por el público. María Bayo, con quien Kraus había actuado en Doña Francisquita y Marina y que daba carácter nostálgico al homenaje, se quedó en Lyon para recuperarse de una gripe. Ramón Vargas, protagonista de la última representación de "Werther" se ausentó de la ceremonia por un grave problema familiar.
El público, enloquecido, arremetió contra personal del teatro y dañó las instalaciones del recinto. La peor parte se la llevaron las puertas del teatro de las que arrancaron hasta los pomos en un acto de rebeldía y ante el grito unánime de "¡no hay derecho!" y el recuerdo a Kraus, con "¡Alfredo, Alfredo!". No obstante, después del accidental espectáculo y la confirmación de la "poca profesionalidad" de Pavarotti marcada por la familia de Kraus, comenzó otro brillante espectáculo, el que el público había ido a ver, con un aria interpretada por Carmen Oprisanu.
[8-1-2000]


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Última actualización: Domingo, 9 de enero de 2000