El Pamesa prueba de su misma medicina
José Luis Ajero.- Ataques largos, pocos puntos y prioridad de las defensas por encima de los ataques es una de las nuevas formas de eso que se llama "baloncesto moderno", y que tanto el entrenador de los valencianos, Vukovic, como el de los de Treviso, Obradovic, conocen y manejan a la perfección. Por avatares de la competición, los dos se encontraron en Zaragoza en la final de la Copa Saporta y midieron su similar visión de juego con mayor acierto para ex del Madrid.
El Pamesa buscó imponer su habitual estilo de ataque en el que Rodilla se erigiese como pieza angular tanto en la anotación como a la hora de marcar el tiempo del partido. Sólo consiguió lo segundo, y es que Obradovic lanzó su primer órdago sacrificando a su base titular, Bonora, para ejercer una dura defensa sobre el valenciano, lo que de momento atascó al equipo che. El siguiente paso del entrenador del Benetton, fue renunciar al juego interior, para el que cuenta con Rebraca, quizás más obligado por las faltas del poste que por su propia intención. Ante la renuncia a meter balones dentro, aparecieron Williams y Nicola que bombardearon el aro rival sin piedad y sin defensa que les parase. Todo lo contrario que Álvarez y Luengo, a los que anotar desde fuera les supuso una auténtica pesadilla que pagaría su equipo. La primera parte casi sentencia el partido, 38-27.
La reanudación parecía la sentencia de muerte, el Benetton amplió, con lo mismo que en la primera parte, la diferencia hasta los 18. Pero igual que creció se perdió. Inexplicablemente, el aro se les hizo pequeño y sus hombres se cargaron de faltas, todos excepto Williams, lo que tampoco era muy preocupante ya que por su cuenta decidió alejarse en alma de la cancha. Motivo más que suficiente para que los valencianos hiciesen todo lo que no habían hecho antes. Resultado, posibilidad de ganar después de una legendaria remontada que no llegó a más porque Hopkins fue a perder el balón que les hubiera dado la cabecera, y que a la postre se convirtió en dos puntos más italianos que firmaron la defunción de los de Valencia.
[13-4-1999]
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Hasta otra liga
Nacho García Barco.- Sí, porque ésta ya se ha terminado. No ha bajado el telón de forma oficial, pero el Alavés, con su empate en Vigo, les ha dado un empujoncito importante a los de Van Gaal. Esto se ha acabado porque no está el patio como para que nadie tosa al Barça, que ni pincha ni deja pinchar. Aburre pero gana, no entusiasma pero suma de tres en tres, y eso es lo que vale. En esta liga donde nadie parece querer ganar, el Barcelona ha demostrado ser el menos malo y se va a llevar el gato al agua. El Celta lo borda jugando, pero le faltan tablas para estas ocasiones, el Real Madrid, ni fú ni fá; el Mallorca se desinfló hace rato, al Valencia ya acusa el recibo de la Intertoto, y el Atletico anda metido en otros charcos de los que ni él mismo sabe si va a poder salir. A falta de ocho jornadas para el final del campeonato, el interés se va a centrar en los puestos de la Champions, para los cuales va a haber tortas hasta el final. Mientras los demás se pegan, Van Gaal ya piensa si marcharse o traer más tulipanes que le den color al Barça del 2000.
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