El presidente de las Cortes, Antonio Hernández Gil, entrega la Constitución para la firma del Rey. Foto: Congreso de los Diputados
Y es que la sociedad de 1931 distaba de la de 1978, y esta se diferencia todavía más de la de 2017. Los tiempos cambian y la sociedad con ellos. Actualmente, en pleno siglo XXI, la aceleración de los cambios está, como concepto, a la orden del día. Por eso, casi cuatro décadas después de la Constitución del 78, se vive en un momento de reflexión y posible cambio en la redacción de la Ley Fundamental. Y así, lo demuestran las circunstancias del entorno.