Terror. Es uno de los adjetivos que mejor resumen los últimos cien años. El ser humano ha mostrado su mejor cara, pero también la peor. Desde la invención de un instrumento tan útil como el frigorífico hasta la creación del arma más destructora, la bomba atómica. Por suerte, el devenir de la Humanidad también ha dejado muestras para la esperanza. Los sistemas democráticos y las libertades han vencido en casi todos los rincones del planeta. Para Kubrick y otros muchos, este 2001 bien sería un fracaso. Pero para nosotros debe ser la puerta hacia un mundo mejor.

Al otro lado existe un camino. Algunos pulgarcitos como Vicente Ferrer lo han andado antes de tiempo. Él y otros muchos han construido un sendero de piedrecitas para el resto de la Humanidad. Sólo hay que andarlo, igual que hizo Kubrick en su mente. La "Odisea en el Espacio" resultó una obra maestra para el mundo cinematográfico. Pero aquella lección resultó insuficiente. Enseñó a volar entre las estrellas. Su 2001 se asemeja bien poco a éste recién comenzado. La verdadera odisea del Hombre está en La Tierra, no en el Espacio. Porque aquí todavía resta mucho que aprender. Y que mejorar.